DANIEL ARRIAGADA PRANAO
LA VISITA
Muerte eres una pluma montando el viento
liviana y profunda,
imperceptible al peso de los años
Muerte eres el misterio solapado de la historia.
La esperanza resucitada en su ironía
atractiva silueta vagabunda
que se esparce por el silencio.
Muerte, por que te quedas callada frente a mi?
muerte eres el licor enigmático que no añeja
y el insoluble veneno.
Eres la mujer desnuda que seduce con su lengua
y penetra el umbral del dolor...
haces el amor sólo una vez
y te arrepientes siempre.
Muerte por qué me miras asi?
Muerte con tu caricia envolvente
somos dos prófugos de la eternidad.
Con tu respiración planetaria
somos dos inconclusos espaciales
Muerte, me das la mano a mi?
y es que sólo tú y yo sabemos
que el cuerpo es un puñal
y es que tú y yo sabemos
que somos luces prolongadas en infinito
hasta gastarse.
Y el cuerpo es torre carcelaria
de falsa pasividad.
galopamos las llanuras...
magnética música soy un trozo de tu nombre.
Soy el sonido redoblante del intermitente caos.
muerte, Que será de nosotros?
un aullido ensordecedor que agita recuerdos
como árbol de montaña
una entrevista muda de miradas perdidas en la noche.
Una tormenta fúnebre riega la normalidad
vagante del consciente,
en tus praderas somos primitivos caminantes
libertarios deambulantes
NOTAS
Esto es la vida mía..
Esto es...
Camino bajo un manto de sol
Canto de voz apagada
Sincero acaricio mi cabeza
De ojos cerrados reemplazo cuanta ausencia.
Esto es...
Abrupto dialogo con los perros
Creo leer poemas a los micreros
Acallo el recuerdo de tu voz en mi mente
Escuchando el cantar de las sirenas policiales, sintiendo el aroma tenue de la industria... Alimentando palomas de metal...
Construcción de balas en la plaza local.
Esto es...
Disperso mis pies caminantes por las micros
mientras mis manos exploradoras anhelan tu cuerpo.
Abrazo tus miedos disfrazados de ti misma
y mil pasiones se desangran en mis noches.
La muralla de estrellas se nos cayó,
el alud de caricias se ocultó
de nuestra voluntad de amar,
absurda moral que ciega a su paso,
cuchillas confusas rozan nuestra piel
y desgarran con dolor cada amanecer prohibido.
Esto es....
Esto es mi real prisión al deseo.
Manos fogosas atoradas en mi bolsillo,
dedos desquiciados como puñales de fuego,
atados esperando tu cuerpo.
A veces imagino que las moscas sobre mi cadáver son tus caricias que apenas las recupero
cada noche que muero.
RABIA
Se ha desperdiciado la noche
ahogado en fantasías de edades antañas
A la mierda los sueños del rock&roll y el cine,
a la mierda las películas malas
y la critica a los comerciales
A la mierda el agua y la comida sana,
a la mierda los niños scouts
y la voluntad hermosa de vivir
A la mierda el fuego, tengo hipotermia de humo,
mis ojos sangran delirantes,
escupitajos de resentimiento y sensibilidad.
La carcaza que me cubre, no se daña,
aunque si meto una pluma dentro por mi voluntad, pareciera que llevo piel de cristal.
No encuentro razones para no deambular fantasma de la noche, por las avenidas de intensa herida,
no encuentro excusa perfecta para derribar tu puerta y sucumbir las murallas.
A la mierda las divisiones, las poesías, los libros y mis heridas
A la mierda los dolores de cabeza
que son manifestación de mi cuerpo,
para avisarme que debiera llorar.
A la mierda las aspiraciones rotas
y los desquicios fúnebres,
la nostalgia de un pudo ser.
Reviento por dentro, aunque me visto de rojo
para disimular,
muerte al llanto y vida a las nubes de hierro
que parecen oxidadas en el cielo,
sobre mi cuello caminan los mártires de mi vida, esos que despojados de su sombra,
quisieron desvanecerse en el auge de sus penumbras.
Escupos de sangre, desahogan mi amarga compañía de besos imaginarios y caricias contra la muralla, maldita sea la sed del sonido explícito de un orgasmo, de un te quiero, de un adiós.
A la mierda la autoayuda,
la autodefensa y la autocompasión,
el mundo es plaga de idiotas
A la mierda el teniente, el general, el cabo y el lacayo, que de cenizas en cenizas sus pies se hagan
A la mierda yo mismo y la imaginación hermosa, pensar y actuar,
que la acción se haga espontánea y creadora.
Mil frascos de vidrio parecen reventar en mi congoja,
allí los veo azotando mis muros construidos en años, el hermoso caos que pudre la civilización
y destrona al creador.
Parecen retumbar las campanas
que avisan mi sencillo andar,
yo no soy yo, soy el que quedó de venir a estas horas, en conversación taciturna con la noche,
el que florece de las ruinas,
el único que acude al llamado de la explosión del alma.
A la mierda entonces mis ganas de amar
y las vitrinas de la vergüenza
A la mierda este mismo trago con veneno,
que es escritura de desalojo,
desperdicio de colores.
Hermosas las letras que no sucumben ante mi tormenta, que no se derriban con amarga soledad.